martes, 6 de noviembre de 2012

Fama de La Dolores


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La Dolores (o “Si vas a Calatayud”)

Esta copla-pasodoble es muy famosa. Podríamos decir, sin exagerar, que ha dado la vuelta al mundo. Al menos, las tunas iberoamericanas la tienen en su repertorio.

¿Se cantó en la División Azul? Con seguridad, sí. Aunque falta confirmarlo con testimonios de los divisionarios aún vivos. Sobre todo, debió cantarse en el Regto 263, que contaba con bastantes aragoneses. Seguramente, quienes no la cantarían serían los naturales de Calatayud. Es más, durante la guerra civil, las tropas de la Legión estacionadas en esta ciudad, recibieron órdenes estrictas de no cantar, tararear o silbar la copla para no molestar a los vecinos (así lo cuenta el legionario irlandés Peter kemp, que estuvo en la Legión en esos años).

La copla se refiere a una persona real, a la que, seguramente, se la añadieron algunos bulos o anécdotas inventadas, como suele ocurrir con todos los temas que se hacen anónimos, patrimonio de todo un pueblo.

Hasta no hace mucho, se sospechaba que se refería a un personaje real, pero no se sabía con suficiente seguridad. Darío Pérez, periodista bilbilitano, inició la investigación, y Antonio Sánchez Portero la ha culminado hace pocos años, y aclarado casi todos los puntos de controversia en sus dos libros,
La Dolores, un misterio descifrado” y “La Dolores, algo más que una leyenda”, y en diversos artículos.

A pesar de ello, aún quedan algunas dudas para concluir si Mª Dolores Peinador y La Dolores son la misma persona.

Aunque la copla se conocía desde el s. XIX, la primera vez que se publicó su historia fue el 13 de Octubre de 1945 (al día siguiente de la gran fiesta zaragozana, aragonesa y española del Pilar y de la Hispanidad). Lo publicó en
“El Español” el erudito aragonés Gregorio García Arista. Aún quedaban muchos años para ir descubriendo la verdad de lo que en ella se contaba.

Publicado: 03 Sep 2010 3:20 pm    Título del mensaje: Copla de La Dolores *


Copla de La Dolores (o “Si vas a Calatayud”)

Esta copla-pasodoble es muy famosa. Podríamos decir, sin exagerar, que ha dado la vuelta al mundo. Al menos, las tunas iberoamericanas la tienen en su repertorio.

¿Se cantó en la División Azul? Con seguridad, sí. Aunque falta confirmarlo con testimonios de los divisionarios aún vivos. Sobre todo, debió cantarse en el Regto 263, que contaba con bastantes aragoneses. Seguramente, quienes no la cantarían serían los naturales de Calatayud. Es más, durante la guerra civil, las tropas de la Legión estacionadas en esta ciudad, recibieron órdenes estrictas de no cantar, tararear o silbar la copla para no molestar a los vecinos (así lo cuenta el legionario irlandés Peter kemp, que estuvo en la Legión en esos años).

La copla se refiere a una persona real, a la que, seguramente, se la añadieron algunos bulos o anécdotas inventadas, como suele ocurrir con todos los temas que se hacen anónimos, patrimonio de todo un pueblo.

Hasta no hace mucho, se sospechaba que se refería a un personaje real, pero no se sabía con suficiente seguridad. Darío Pérez, periodista bilbilitano, inició la investigación, y Antonio Sánchez Portero la ha culminado hace pocos años, y aclarado casi todos los puntos de controversia en sus dos libros,
La Dolores, un misterio descifrado” y “La Dolores, algo más que una leyenda”, y en diversos artículos.

A pesar de ello, aún quedan algunas dudas para concluir si Mª Dolores Peinador y La Dolores son la misma persona.

Aunque la copla se conocía desde el s. XIX, la primera vez que se publicó su historia fue el 13 de Octubre de 1945 (al día siguiente de la gran fiesta zaragozana, aragonesa y española del Pilar y de la Hispanidad). Lo publicó en
“El Español” el erudito aragonés Gregorio García Arista. Aún quedaban muchos años para ir descubriendo la verdad de lo que en ella se contaba.
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Publicado: 03 Sep 2010 3:35 pm    


La fama de La Dolores y su copla

José Feliú y Codina, dramaturgo, fue quien llevó a la fama al personaje. Se cuenta que en el primer viaje en tren que realizó desde su Barcelona a Madrid, escuchó en la estación de Binéfar (Huesca) a un ciego cantar una copla sobre La Dolores. Quedó muy impresionado, y poco después escribió, sobre la historia cantada que había escuchado, un romance, que publicó en
“Un troç de paper” (publicación periódica barcelonesa).

Desde luego, el tema siguió rondando en su cabeza, y el 10 de noviembre de 1892 estrenaba en el Teatro Novedades de Barcelona, el drama
La Dolores”, con la famosa actriz María Guerrero como protagonista. Se inspiraba en aquellas coplas, pero sobre ellas había añadido toda una trama.

En el drama aparece una Dolores novelesca. Es una joven honesta y caritativa, que trabaja en un mesón de Calatayud. La seducirá el barbero Melchor y la pretenden Patricio (rico mercader) y Rojas (sargento soberbio y fanfarrón). Todos ellos, personajes inventados y novelados. También se enamora de ella Lázaro, sobrino de su patrona y seminarista. La historia termina con la muerte de Melchor al recibir una puñalada de manos de Lázaro.

Poco más de dos años después del estreno, el maestro Tomás Bretón convirtió el drama en una zarzuela-ópera, que con el mismo título se estrenó el 16 de marzo de 1895. Y entonces, La Dolores y sus desgracias fueron conocidas por toda España.

Especialmente, se hizo popular la jota de La Dolores, de la zarzuela, que no tiene nada que ver (aparte de su nombre) con la
“Copla de la Dolores”, de la que estamos tratando. Pero no sabemos el origen de esta última: ¿es su melodía la que cantaba el ciego de Binéfar (parece que sí, con algunos arreglos), o nació después?. Lo que sí sabemos es que, en el primer decenio del siglo XX, tanto la Jota como la Copla eran conocidísimas en toda España, y bastante conocidas en Iberoamérica.

Después, el tema dio lugar a nuevas piezas teatrales y algunas cinematográficas. De las primeras, podemos destacar
La Hija de la Dolores”, de Luis Fernández Ardavín
, estrenada en 1927. De las segundas, las películas “Lo que fue de la Dolores” (1933), de José María Acevedo, y “La copla de la Dolores” (1947), rodada en Argentina (y estrenada allí con el título: “Lo que fue de la Dolores”), de Benito Perojo, y con Imperio Argentina como protagonista.

Pero no termina aquí todo. Las tunas universitarias incorporaron las Coplas a su repertorio, y hoy figuran en el repertorio de casi todas las estudiantinas españolas e iberoamericanas.

La rehabilitación de La Dolores empezó hace ya muchos años, y culminó en los 90. Así,
“Baluarte aragonés” estrenó en 1994 la obra “¿Quién fue La Dolores?”. Dos años después, en 1996, se organizó una exposición antológica sobre esta mujer en el propio Calatayud. Y poco después, se rehabilitó un edificio noble de Calatayud, aunque poco espectacular (conocido anteriormente como la antigua posada de San Antón) como “Mesón de la Dolores” (hotel), albergando un museo sobre el personaje. Aunque sus propietarios dicen que esa fue la casa donde nació La Dolores, no consta que lo fuera (ni tampoco que no lo fuera).

Y sobre este personaje se han identificado y documentado, hasta el momento, 7 óperas o zarzuelas, 20 obras dramáticas, 5 películas y más de 50 composiciones musicales con La Dolores como motivo.

El cambio de actitud ante la Dolores ha sido gradual, en los últimos 40-45 años. Y la mejor demostración de ese cambio está en el citado Mesón, que es lugar de peregrinaje para quienes quieren saber sobre esta mujer.

Desde que la Legión diera la orden, en 1937, de que no se cantara la Copla en la ciudad de Calatayud, porque molestaba a sus moradores, hasta la actualidad, pueden verse los pasos graduales mediante alguna anécdota como la siguiente. En Calatayud, hasta los 70, estaban hartos de que muchos forasteros que iban a su ciudad, haciendo caso de la invitación de la copla, preguntaban por La Dolores. Un hermano mío, en viaje de estudios hacia 1966-67 (tendría entonces 15 o 16 años) preguntó con sus amigos a un guardia municipal por La Dolores. Y la respuesta fue que se les quedó mirando muy fijamente y muy serio, y les dijo solemnemente:
“Váyanse Vdes a hacer puñetas” (entonces se llamaba de Vd a las personas de más de 14 años).

Ahora, la vergüenza y cabreo de antaño ha mudado en orgullo, y los bilbilitanos hablan orgullosamente de
“su” Dolores. Y lo mejor de todo: La Dolores ha quedado libre de sus estigmas, un siglo después de su muerte.
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